En cualquier sociedad avanzada, la asistencia integral a las personas constituye un sector clave de ocupación laboral. Los recortes en sanidad, particularmente, suponen una doble agresión, por la destrucció de empleo que ocasionan, y por el deterioro de la asistencia sanitaria que recibe el conjunto de los trabajadores.
Un nuevo ejemplo de recortes es el cierre del Centro de Asistencia Primaria (CAP) de la Rambla de la Marina, situado en Bellvitge. El cierre se ha acordado para finales de este mes. El movimiento vecinal ya hace semanas que se moviliza contra este cierre, y ayer procedió a la ocupación del centro en señal de protesta. Los recortes en la sanidad pública son un modo de promocionar un cambio de modelo en la sanidad, favoreciendo la privatización de este servicio fundamental. Con una clase trabajadora que, en el 20% de los casos, se encuentra desempleada, el acceso a la sanidad depende del mantenimiento y expansión de la sanidad pública. La situació es más grave si atendemos al hecho que los problemas sanitarios (físicos y, particularmente, psíquicos) no han hecho más que crecer con la fuerte crisis laboral.
Acciones como la promovida en defensa del CAP de la Rambla son una vía fundamental para revertir este proceso.
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